El Bayern llegará a los duelos de semifinales de la Liga de Campeones ante el Real Madrid tras experimentar una relanzamiento con el regreso de Jupp Heynckes al banquillo que le dio una nueva cara al equipo y lo devolvió al camino del éxito.

Cuando Heynckes volvió al Bayern, para reemplazar al destituido Carlo Ancelotti, la situación del equipo era desoladora. En la Bundesliga marchaba cinco puntos por debajo del Borussia Dortmund, que era líder, lo que parece ahora un detalle de otra época.

En la Liga de Campeones acababa de sufrir una goleada por 3-0 ante el PSG con una alineación que generó además un enfrentamiento de Ancelotti con jugadores claves.

La misión de Heynckes era salvar lo que se pudiera y en su primera comparecencia admitió que su tarea no era fácil y advirtió que había que ir paso a paso.

De ganar la Liga de Campeones Heynckes no quería hablar en ese momento. "Hay otros equipos que están ahora mejor que nosotros". Y sobre la Bundesliga dijo: "Será difícil descontarle los cinco puntos al Dortmund si vemos como está jugando".

Ahora, el Bayern ya ha sentenciado la Bundesliga, con 20 puntos de ventaja sobre el segundo que no es el Dortmund sino el Schalke; está en semifinales de la Copa de Alemania y en la semifinal de la Liga de Campeones, en la que no ha perdido ningún partido desde la llegada de Heynckes al banquillo.

Las claves del éxito son varias. En primer lugar, Heynckes logró devolverle la confianza a algunos jugadores, empezando por el meta Sven Ulreich convertido en titular por la lesión de Manuel Neuer.

En segundo lugar, creó una cohesión en el grupo que se plasma en la forma en que los jugadores vienen aceptando las rotaciones. Y, finalmente, en lo estrictamente futbolístico, le devolvió al equipo la estabilidad defensiva perdida.

En esto último fue clave el regreso de Javi Martínez al centro del campo, por delante de la defensa, que hace que el equipo sea menos susceptible ser víctima de jugadas de contragolpe.

Adelante, Heynckes rota, de acuerdo al rival y la situación física de los jugadores en cada momento, buscando un balance entre la necesidad de que los jugadores no se desgasten y la conveniencia de que no pierdan el ritmo de competición.

En ese sentido ha sido clave la llegada de Sandro Wagner, un delantero centro que permite dosificar a Robert Lewandowski.

El sólo nombre de Heynckes, aunque en el momento de su llegada la situación del equipo no fuera buena, despertó desde el primer momento recuerdos de 2013, cuando el Bayern logró el triplete

Además, las tres veces que Heynckes ha jugado la Liga de Campeones, dos veces con el Bayern y una con el Real Madrid, ha llegado siempre hasta la final como si tuviera una fórmula mágica.

Con su experiencia, el veterano entrenador entiende como pocos la competición y su capacidad de análisis de los puntos débiles de los rivales suele ser letal. El Barcelona, adversario en la semifinal de 2013, puede contar una larga historia al respecto.

En el Bayern, a día de hoy, hay optimismo aunque, de cara a la Liga de Campeones, hay un aspecto que invita a cierta reserva.

Tanto en octavos, con el Besiktas, como en cuartos, con el Sevilla, el Bayern se encontró con rivales ante los que partía como favorito. En la fase de grupos, ya con Heynckes, derrotó al PSG en casa pero se trataba de un partido que ya importaba poco.

El primer reto de verdadera envergadura en la Liga de Campeones es el Madrid y ante el equipo blanco el Bayern tiene todavía que dar un salto de calidad si aspira a ganarla.

"Hemos estado bien pero estando tan sólo bien no ganas la Liga de Campeones", explicó el central Mats Hummels después del primer partido contra el Sevilla.

Habrá que estar atento a la libreta de Heynckes para los retos de las próximas semanas.

EFE